viernes, 10 de julio de 2015

A GUARDA: THE CELTIC HARP

Empiezo hoy con esta entrada una sección dedicada al dónde comer en aquellos sitios que he visitado. Así como me gusta viajar también me gusta disfrutar de la gastronomía de la zona, y os dejo aquí mis recomendaciones, aunque, por supuesto, advirtiendo antes que algunos de los sitios los visité hace ya tiempo y es posible que hayan cambiado de gerencia.

Comienzo pues, con un lugar del que estoy encantada de hacer la reseña. Este lugar está situado en A Guarda, Pontevedra, y se llama The Celtic Harp. Cuando visitamos A Guarda no había comenzado a escribir el blog ni se me pasaba por la cabeza, por ello, apenas tenía fotos de lo que era la cervecería en sí y ni siquiera recordaba el nombre, pero...juntando mi poca memoria con las fotos de los platos y el street view conseguí localizar el local, para mi alegría.


Estuvimos en A Guarda dos noches, y como la primera cenamos tan tan bien, decidimos la segunda noche hacer algo que no solemos hacer, que fue repetir, pues realmente la comida, el precio, así como el trato nos dejó impresionados.
El Local está situado en el paseo marítimo y tiene comedor dentro y fuera, el de fuera perfectamente delimitado.

Podéis ver en las fotos, la cuidada presentación de los platos, y os digo realmente que es una pena que a través del blog no podáis saborearlos, porque después de tanto tiempo que ha pasado aún sigue en mi vivo en mi estómago, jejeje, el recuerdo de esas cenas, así que pienso yo que por algo sería...





El trato en el restaurante además de la comida es también de destacar, recuerdo que nos trataron con mucha amabilidad. Otro recuerdo que tengo del lugar era un pequeño gato que andaba rondando, discretamente, eso sí, las mesas, intentando convencer a algún alma caritativa, (Y como no, me encontró a mi) para que le diese un poquito de comida. Aún así, y es curioso, el animalillo no molestaba a los clientes de las mesas, simplemente esperaba apartado. (todo esto en la terraza en la calle, pues el bichillo dentro no entraba)



 Y finalmente, para terminar, unos metros más allá el atardecer despidió nuestro día, pues desde el paseo marítimo hay unas hermosas vistas.

La única pega... como casi siempre, la zona de aparcamiento, un poco saturada pues el paseo marítimo tiene unos cuantos locales donde cenar y rápidamente se llena la zona habilitada. Aún así, aparcamos un poco más allá pero no tuvimos problema.

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