martes, 18 de agosto de 2015

PARÍS: EL CEMENTERIO DE PERE-LACHAISE

Salimos hoy de la península para que pueda hablaros de uno de los lugares más bonitos que he visitado, un lugar especial, diferente... un cementerio. Uno de los lugares más visitados de Paris, sin embargo no es uno de los más conocidos o desde luego no suele ser uno de los que la gente menciona cuando habla de la ciudad de la Luz.
Conocí la existencia de este cementerio cuando, en una de mis visitas a París decidí comprar una guía de viajes para saber que más podía ver a parte de lo que ya había visitado y que al fin y al cabo era lo más típico y descubrí la existencia de este cementerio.
El cementerio de Pere-Lachaise está hoy en día dentro del entramado de París pero en su momento de construcción, a principios del XIX, se situaba en las afueras, uno más destinado a ir sustituyendo los antiguos cementerios.
Sin embargo, al estar situado a las afueras, los parisinos no querían enterrarse lejos y el cementerio no tuvo el éxito esperado, así, por ello, se intentó convencer a los habitantes de la ciudad, sobre todo a los ricos e influyentes, llevando al lugar los restos de personajes ilustres como:  La Fontaine, Molière o el filósofo Abelardo y su amada Eloisa. Después de esto el cementerio fue aceptado y ha sido ampliado hasta en cinco ocasiones, llegando a extenderse 44 hectáreas con unas 70.000 tumbas.
Llegamos al cementerio por la mañana, pensando que un día sería suficiente para ver tanto el recinto como algunas de las tumbas de personajes ilustres, pero pronto nos dimos cuenta de que tal misión en un día no sería imposible.
Lo primero para visitar el lugar es hacerse con un plano que te facilitan en la entrada principal, para encontrar las tumbas y para no perderse entre los caminos. Os dejo aquí el plano para que os hagais una idea.


Pasaré ahora a mostraros el cementerio, perdonar la calidad de las fotos, hace ya unos años de esta vista y no tontaba con cámara reflex sino mi pequeña compacta Kodak, una de las primeras, y tampoco los encuadres son perfectos, quizás algo inocentes y precipitados, pero espero poder trasmitiros con ellas la belleza de este lugar.
Comenzamos la visita a este cementerio maravillándonos del encanto que desprende ese lugar, los árboles, la naturaleza, hacen que el concepto de la muerte tome ese aire de romanticismo propio de las pinturas de los artistas y los escritos de los autores del siglo XIX, transmite a la vez ese concepto de paz que podría dar el final de sus días a un alma atormentada y esa melancolía solitaria trasmitida por muchas esculturas funerarias, quietas, silenciosas...
Diversos caminos se abren paso entre diferentes zonas del cementerio, unas más nuevas, otras más antiguas. Personalmente las zonas más antiguas son las más inspiradoras, con esas lápidas caidas, con las enredaderas trepando por ellas, con algunas tumbas algo rotas, ese abandono bien colocado, como si cada hoja seca, cada mota de polvo, cada musgo, se hubiese colocado de manera perfecta, para aparentar el paso del tiempo pero sin molestar, sin sobrecargar. Las tumbas se situan unas al lado de otras, parece que se tapan, se pisan, generando un laberinto casi intransitable, acompañándose en ese final, haciendo de la muerte una reunión de espíritus, una mente romántica podría imaginarse la noche, con todas esas almas surgiendo de nuevo, casi generando alboroto entre tanta masificación...



Otras partes del cementerio están más ordenadas, incluso la vegetación parece ordenarse con las tumbas. Los caminos las recorren anchos, limpios, bien señalizados, con bancos donde sentarse, donde descansar, donde pararse a pensar, semejando quizás un parque donde hasta se podría realizar un picnic a la sombra de no ser porque está prohibido (por respeto). En el día soleado de nuestra primera visita (pues volvimos a la tarde siguiente y aún nos quedó parte sin visitar) los árboles ofrecían una magnífica sombra. Quizás ese día soleado le quitó algo de melancolía al lugar, la próxima vez me gustaría que fuese un día gris, lluvioso, para tener así una perspectiva diferente.





El cementerio además tiene diferentes niveles con escaleras y cuestas que permiten ir accediendo a ellos. Desde la parte más alta se puede ver el bosque que se extiendo llenando este lugar, recogiéndolo y protegiéndolo, haciendo de él una isla en la ciudad. De nuevo os pido disculpas por la calidad de las fotos, la luz... no permite apreciar este lugar al cien por cien.


Pero el cementerio no solo es un lugar de paseo, de recogimiento, de paz... este cementerio también es un museo al aire libre, por sus tumbas, sus mausoleos, sus estuas, un museo de arte funerario de todo tipo, un arte evocador de la muerte de maneras diferentes, tristes, solitarias, curiosas, incluso algunas tenebrosas...

Pero no todo es melancolía, también podemos encontrar algunas rarezas.

Otras tumbas tienen una aire de película de miedo...


También encontramos tumbas con símbolos masónicos.


Y en el centro del cementerio encontramos un osario, inmenso, una parte que rompe quizás algo la magia que había conseguido crear el resto del lugar, aquí la muerte me quiso asemejar a un almacén, casi casi a unas estantería de supermercado donde restos y restos se iban colocando, ordenados, cada uno en su plaza, limitada, cuadriculada, sin naturaleza, sin esculturas tristes, sin lápidas rotas... este lugar te hacía ver la muerte de otra manera, es casi la misma sensación que uno tiene al mirar las estrellas, que te hace sentir insignificante, una hormiga más... pues aquí sientes la insignificancia de tu vida, el ser tan solo un número más...


Para terminar esta entrada quiero dejaros las fotos de algunas de las tumbas que encontré de personajes ilustres enterrados en este cementerio, la mayoría de ellas de pintores pues el lo que iba buscando. También os dejo un enlace a una lista de personas importantes enterradas en el lugar: personajes Pere-Lachaise

Tumba de Honoré Balzac , representante de la novela realista del siglo XIX, escritor entre otras obras de "La comedia humana", "Las ilusiones perdidas" o la muchacha de los ojos de oro".













Tumba de Camile Pissarro, pintor impresionista, se le conoce sobre todo por sus obras puntillistas. Os dejo un ejemplo. 






Tumba de Frédéric Chopin, compositor y pianista polaco, representante del movimiento Romanticista.

ESCUCHAR LO MEJOR DE CHOPIN
 Vivant Denon, dibujante y grabador, trabajó para los reyes de Francia y Napoleón, es una de los primeros hombres considerados egiptólogos así como de los primeros que dibujaron sus fantásticos monumentos.


Théodore Gericault, pintor del Romanticismo, en su tumba se encuentran representadas varias de sus obras, y al frente, la Balsa de la Medusa, uno de los símbolos del movimiento romanticista, representa el naufragio de la fragata Medusa, con toda la crudeza de tal terrible momento, con los que se salvan, los que mueren, la destrucción, la soledad... 

 Y aquí uno de mis pintores favoritos, Jacques-Louis David, pintor neoclásico al servicio de Napoleón, sus obras no me causaron gran impresión cuando las vi en los libros o diapositivas, hasta que, en el Louvre, lo redescubrí, allí, mirando las obras al original, impactada por la sensación que aquellos cuadros de inmensas proporciones me causaban, entendí la grandeza de estos pinceles. No hay nada como ver una obra al natural...
 

Camille Corot, pintor francés de paisajes.

Tumba de Honoré Daumier, caricaturista, pintor y escultor del realismo. Otro de mis favoritos, reflejó como pocos la brecha social de su momento, caricaturizó a los ricos como gordos hambrientos de dinero, retrató a los pobres como figuras desdibujadas por la carga del trabajo... supo captar la esencia interior de sus personajes.


Eugene Delacroix, pintor del romanticismo francés, es sobre todo conocido por su obra "La libertad guiando al pueblo"  y las reinterpretaciones de esta.

 Jean-FranÇois Champollion, padre de la egiptología, fue el gran estudioso de la piedra Rosetta y el que consiguió gracias a esto descifrar la escritura jeroglífica.


Dominique Ingres, pintor de finales del neoclasicismo, sin embargo, sus pinturas tienen ya ese toque de romanticismo que anticipa una nueva época. Este es otro de los artistas cuyas obras enamorarán mucho más "en directo" que en un libro.



Amedeo C. Modigliani,  escultor y pintor, alcanzó la fama una vez muerto, tal vez de ahí la sencillez de esta tumba que nos costó encontrar ya que, las de otros pintores eran tan llamativas, supongo que a modo de homenaje, que esta pasaba desapercibida...

Georges Pierre Seurat, pintor neoimpresionista.