miércoles, 24 de junio de 2015

BURBIA, CASA SALGUEIRO

Quisiera comenzar hoy una nueva sección, la de las casa rurales, hablándoos de una casa preciosa en la que nos alojamos hace un año y algo, la Casa Salgueiro, en Burbia.
Burbia es un pequeño pueblecito del Bierzo, perdido entre las montañas, en el apenas tuvimos conexión de móvil e Internet por lo que es ideal para desconectar del mundanal ruido. Esta zona de los Ancares es Reserva de la Biosfera, por lo que si lo que buscáis es encontraros con la naturaleza es totalmente aconsejable. Burbia se asienta a la vera de un río que ya fue utilizado por los romanos para la extracción de oro, tan explotado por estos en la zona del Bierzo.


La casa Salgueiro está situada al final del pueblo, justo donde comienza la ruta hacia los lagos en los que nace el río Burbia. Es una casa de dos plantas situada en una finca con un amplio jardín. La casa tiene tres habitaciones dobles por lo que era estupenda para las tres parejas que íbamos, y además admiten perros por lo que pudimos llevar a Luna y a Zeus.

La casa fue una excelente elección para los peludos ya que la casa dispone de un amplio jardín que la rodea y para los que vivimos en pisos, es un gustazo poder abrir la puerta por la mañana mientras desayunamos y dejar que sean ellos solitos los que salgan fuera a darse un paseillo. Además, Zeus tuvo una visita de un peludillo del pueblo y se lo pasó pipa jugando con él con en el jardín y dejó así descansar a la pobre Luna que lo pasa fatal con los perros que son más grandes que ella.





El interior de la casa encaja perfectamente con el entorno, en madera y piedra, de colores suaves... Es una casa a la que no le faltaba detalle, con una bonita decoración, también tenía variedad de cosas para entretenerse: televisión, libros, juegos, dvd´s....


Para mejorar el ambiente, teníamos una estupenda chimenea, que al estar la noche algo lluviosa y fresquita se agradecía y hacía una estupenda compañía.



La cocina estaba perfectamente equipada, con todo lo que necesitamos tanto para cocinar como para limpiar después.
Los dueños de la casa, que fueron muy amables, estaban en una casita que hay en una esquina de la finca así que si hubiésemos necesitado cualquier cosa a mayores también podríamos haber contado con ello, pero como os digo, no faltaba nada de los necesario.

Aquí podéis ver algunos de los elementos de la decoración de la casa, para mi, decorada con muy buen gusto.


El segundo piso era para mi, el más bonito de toda la casa, en madera, era realmente acogedor. Desde este segundo piso se tenía una estupenda perspectiva del salocinto del piso de abajo así como, por el ventanal, una magnífica vista del entorno del pueblo y de la cascada que fue la protagonista de la ruta que hicimos.








Esta habitación abierta a la escalera y abierta también al paisaje gracias al enorme ventanal, la calma parecía reinar. Es un lugar ideal para sentarse a descansar, a reflexionar, invitaba a coger un libro y acercarse a esa ventana mientras fuera llovía y ponerse a leer. Una pena no haber estado más días en la casa porque realmente no llegamos a disfrutar de ese espacio tan acogedor.



Abajo podéis ver una vistas de la casa desde el otro lado del río, hecha en la "ruta" desde la que subimos a la cascada que se ve por el ventanal.


Otra cosa genial que tiene la casa es la barbacoa. Situada en la parte trasera de la casa, nos sirvió para hacer una estupenda cena después de nuestra subida a la cascada y nuestra lucha con los matorrales que nos abrió de buena manera el apetito.




Y despido ya esta entrada con dos fotos del entorno tomadas desde la parte de atrás de la casa y con la absoluta recomendación de este lugar para alojarse y visitar la zona.



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